miércoles, 18 de diciembre de 2013

500 GRAMOS DE METRALLA (III)

Quería,
debía,
modelar esculturas pequeñas
en el aire.
Piezas etéreas
echas de voz
y amor,
mostrando tu alma
abrazada
con la mía.

Pero salgo a la calle
y veo gente durmiendo
en los bancos de las plazas
porque en mi ciudad
todavía no tenemos servicio
de retirada,
pero todo
se andará.

Y hay quien me llama radical
porque
digo
que sobra gente
en esta sociedad
y que no me apenaría
que se muriesen
de muerte natural,
naturalmente a cuchillo
o goma 2.
Esa gente que se atreven a decir
que decir esto
es punible
y que quizás merezco ir a la cárcel
por incitar al homicidio,
por hacer apología
del terrorismo,
del magnicidio,
de la higiene publica.

Quería,
debía,
fijar al papel
el sonido del aire
entre las hojas
de los árboles.

Y me veo
pensando
como es posible
que el arte deba medir
sus palabras,
sus intenciones,
crecer atenazado por leyes
impuestas por gentes
incultas
que nunca deberían
haber nacido.

habrá que dejar
los poemas de amor
para otro día.